miércoles, 8 de junio de 2011

El arte de......



Quedaron a las dos de la tarde en la plaza del Ayuntamiento de Valencia. Se conocían de referencias, él experto en la materia y ella, siempre intensa y temperamental, llegaban puntuales a la plaza. En un principio conversaban con timidez mientras paseaban, disfrutaban del día. Cada vez más animados decidieron brincar y correr. Él la lanzaba por el aire y ella, divertida, explotaba con una carcajada. Nada ni nadie les importaba, solo querían vivir intensamente porque estaban en el lugar y la hora perfecta y no dudaron en fundirse en un intenso beso que provocó 4.000 chispas. Su relación no había hecho nada más que empezar y su profundo amor se desataba sin freno entrando en un terremoto de furia y pasión que les elevaba a un estado de éxtasis próximo al Nirvana. El maestro pirotécnico lograba en siete minutos fecundar a su mejor hija, la mascletà. Con su eterna amada, la pólvora. 

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